GUACAMAYA No somos defensoras de la naturaleza, somos la naturaleza! Somos presencia viva por la vida en la Tierra de la Sangre Vital: Abya Yala. Hemos decidido filtar y sabotear a empresas extractivistas y organizaciones causantes de terricidio, expropiación y saqueo a la Madre Tierra y sus pobladores. También nos filtramos en organizaciones institucionales de los Estados o a su servicio que bajo su figura legal atentan permanentemente contra la población para despojar a los pueblos y seguir enriqueciéndose por encima de todo, conformándose de esta manera como el verdadero crimen organizado. Así mismo, organismos institucionales que, haciendo parte del Estado, diseñan las leyes o se apropian de los reclamos de la población para que sea útil solo a ellos y sus secuaces. Uno de esos estados es Colombia. Un país azotado por las múltiples expresiones de violencia presentes desde la invasión occidental de 1492, la posterior "independencia" y deuda adquirida por gobiernos criollos a Estados Unidos. Es una nación que, hoy en día, es de interés para el norte global tanto en su diversa riqueza, como porque representa un punto estratégico para el comercio y para el control a Centro y Sur América. Por eso, es allí donde están ubicadas bases militares de EEUU y es uno de los centros del comercio y tráfico de cocaína altamente ligado al paramilitarismo. Todo esto ha generado un conflicto interno de violencia durante décadas (e incluso siglos). Colombia también son sus pueblos (porque es también diversa en su población), unos pueblos cansados de dolor y de tantas lágrimas; pueblos desmemoriados, que olvidan y perdonan y apuestan por la anhelada paz, aun teniendo tanta historia repetida. Diálogos, firmas, acuerdos de paz con movimientos armados y falsas promesas han terminado siempre en "masacres", desplazamientos, exilio, desapariciones, ruptura de tejido social, exterminio de partidos políticos de oposición (como la Unión Patriótica) y una gran sensación de impotencia e impunidad. Los pueblos que siguen apostando por un sistema que es servil y funcional a los intereses de Estados Unidos, al norte global y sus empresas extractivistas, al narcotráfico y paramilitarismo como brazo armado de sus intereses. Y es en este olvido y apuesta por un "sistema democrático y libre" que falla una y otra vez, que aparece esta figura: Fiscalía General de la Nación. Nace después de los procesos de paz con el "Movimiento 19 de Abril" (M19), uno de los acuerdos fue la creación de una Asamblea Constituyente. Esta fue acogida por diferentes sectores del pueblo colombiano, es así como se elabora la "Constitución de 1991", y de ahí nace esta figura de la rama judicial de "Fiscalía General de la Nación" en remplazo de la Dirección Nacional de Instrucción Criminal. Donde, como se dice anteriormente, fue una propuesta elaborada por el pueblo colombiano con el ánimo de generar una verdadera justicia a través de la agilidad de una fiscalía capaz de resolver y hacer justicia desde conflictos familiares hasta la investigación y castigo al crimen organizado como el narcotráfico y el paramilitarismo y, así mismo, investigar la corrupción de otras instituciones gubernamentales. Todo ello sin tener en cuenta la historia, sin tener en cuenta que un sistema corrupto, obediente históricamente a toda clase de intereses menos el bienestar del pueblo, no va a cambiar con el hecho de tener una figura judicial más. Los crímenes del estado no los resuelve el estado. Debe quedar claro que la política criminal del Estado comienza en las oficinas de la Fiscalía, siendo uno de los organismos mas corruptos del país. Por allí pasa y se controla toda clase de crímenes: lavado de imagen, retención de pruebas, falsos procesos, incriminaciones, entramados con narcotráfico y paramilitarismo, espionaje, persecución política, asesinatos, etc. Estos hechos ya han sido denunciados con nombres propios. Los implicados y perpetradores son desde militares, miembros del estado y narcotraficantes, hasta empresarios y entidades públicas. Los hechos han salido a la luz, pero no pasa nada pues las supuestas "leyes" las manejan a su antojo. En ninguna parte de la historia colombiana se ha visto tanta perversidad e impunidad. Puede decirse que Luis Camilo Osorio es quien pone a la Fiscalía al servicio del paramilitarismo. Entregó seccionales enteras a amigos del paramilitarismo. Los casos más famosos fueron el de Antioquia y el de Norte de Santander. Esta última estrategia conllevó a la toma del Catatumbo por Salvatore Mancuso (actualmente procesado y extraditado a EEUU) para poder exportar cocaína por el golfo de Maracaibo. Prácticamente, a partir de entonces la mayor parte de las corruptelas en Colombia pasaron y pasan por la Fiscalía. Las contrataciones en el sector público, el escándalo de Odebrech, los intentos por acabar con toda oposición política (por cualquier medio), listas de personas que daban a paramilitares para hacer asesinatos selectivos, entramados con entidades gubernamentales de otros países (entre ellos, la DEA) y una larga lista de despojo de tierras a indígenas, afrodescendientes y campesinos, son de los asuntos más escabrosos de esta entidad. Además, con las cantidades ingentes de dinero procedentes del narcotráfico, se financiaba la "guerra contra las guerrillas" que, en realidad, era una guerra contra el pueblo. En el país se instauró un completo orden de terror comandado por parapolíticos como Álvaro Uribe Vélez. A través de redes clientelares, amenazas, desapariciones, sobornos, etc. y con la excusa de la "lucha contra las guerrillas", toda la cúpula política de la derecha colombiana se ha visto salpicada por el estigma del paramilitarismo y del narcotráfico. Colombia es un narcoestado apoyado por la Fiscalía. A pesar de que todo esto ya es de conocimiento público, nosotrxs: GUACAMAYA, decidimos volver a poner en evidencia estos actos. Nos hemos adentrado en sus archivos, hemos visto de cerca el horror de su proceder y no dejaremos que esto quede en el olvido. Recordamos que somos el pueblo de Abya Yala, que defendemos la vida con la vida, que una planta sagrada como la hoja de coca debe ser solamente sagrada y no ser un objeto más de consumo para satisfacer las necesidades fútiles y superfluas de un mundo enfermo por la blanquitud, la civilización y el capital. Los pueblos de "Colombia" merecemos más que ser productores de toda clase de insumos para un norte global enfermizo y adicto. Sabemos que la mayoría de los dirigentes del país, corruptos y deleznables hasta en su hablar, proceden de un linaje claro. Son herederos de una supremacía blanca que lleva gobernando desde la supuesta independencia e incluso antes. Sabemos que solo los pueblos del país nos salvaremos a nosotrxs mismxs, que ningún organismo internacional hará nada para acabar con tan compleja aberración. Es por esto que lo hacemos: para dar algo más de luz y exponer, una vez más, a toda esa ralea infecta que nos ha parasitado hasta los sueños. La fiscalía general de Colombia que nació en medio de un sueño de desmemoria y fiel credibilidad a un sistema enemigo del pueblo demostrado una y tantas veces, debe tener un fin, un basta. Este es un claro ejemplo y motivo para actuar como Guacamaya. Por nuestros muertos, por nuestras ancestras, por el territorio, por la vida, por la tierra, ¡reparación y justicia! Entramos en sus sistemas tecnológicos y hackeamos. Nos infiltramos en sus entrañas. De esta manera buscamos reparación a sabiendas que el daño causado a la tierra y a las personas es irreparable. Entregamos esto a los pueblos de Colombia, para que decidamos que hacer con ello.